viernes, 20 de marzo de 2009

Antonio Dorta (Villo)


Antonio Dorta (Villo)

El arte debe esgrimirse como un arma para el progreso porque aunque invisible, suele surtir grandes efectos. . . Así de proféticas son las palabras de Antonio Evídeo Dorta Hernández, uno de los pilares imprescindibles en la identidad cultural taguasquense. Este maestro de maestro nació el 13 de junio de 1934, es entonces en ese instante que Terpsícore, musa de la música, lo dota con su arte. Mis tíos tocaban en un conjunto y colgaban el tres detrás de la puerta, yo tenía 8 años y se los robaba para hacer sonar sus cuerdas, después siguieron otros instrumentos como filarmónica y la marímbula.

Esta afición autodidacta se extendió hasta sus 20 años de edad cuando matricula en el Instituto Privado de Música Horta en la ciudad de Santa Clara. Allí cursa dos años de trompeta , dos de corno- trompa- y cuatro de teoría y solfeo de la música. En ese tiempo de formación académica explotó simultáneamente sus potencialidades instrumentistas en la Banda Militar de la ciudad, el Conjunto Cuba, las orquestas Santibana y Hollywood Swing.

En 1960 regresa a su Taguasco natal donde inicia, a mediana escala, su trabajo de formación musical con las nuevas generaciones, además, ejerce como tabaquero y se integra al conjunto Hermanos Carmona devenida en orquesta en 1962. En este período, donde el jazz band toma gran fuerza en Cuba, Villo, incursionaba en diferentes géneros como la guaracha, el bolero, el son, el danzón, el paso doble y el cha cha chá.

En 1970 la orquesta se reduce de 14 a 6 músicos y se funda la agrupación que marcó la memoria popular de Taguasco: el combo Los Astros, bajo la dirección de Celestino Carmona. En esta etapa irrumpe en la llamada música ligera bailable bajo la influencia de la Década Prodigiosa alternando su carrera musical con la Banda de Concierto de Sancti Spíritus, donde tocaba la trompa, allí permaneció durante 24 años realizando presentaciones, fundamentalmente, en la retreta del parque y en actos oficiales y militares.

La creación musical y el trabajo con niños encuentran un momento prolífero en 1970, las bandas rítmicas fueron una experiencia revitalizadas por este hombre que en 1976, y por idea de la maestra Élida Alonso, formó a un grupo de estudiantes primarios con instrumentos entregados por Armando Acosta Cordero. Le hice la promesa a Armando de convertir , en cinco años, la banda rítmica de Taguasco en una de las mejores del país, y en sólo tres ya había cumplido mi palabra. Ganamos el trofeo del XI Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes efectuado en La Habana en 1978 y fuimos, además en 1979, a la inauguración del Palacio Nacional de Pioneros Ernesto Guevara ante la presencia de Fidel.

El 2 de febrero de 1977 inicia su labor como metodólogo de aficionados en la Casa de Cultura de Taguasco, fortalecía así, mucho más, su trabajo de formación de nuevos talentos.

En 1983, y como resultado del trabajo sistemático con niños y jóvenes, lograr agrupar a 23 músicos de atril que conformaron la primera y única banda de concierto de Taguasco, que desapareció desafortunadamente para la cultura de este municipio por conceptos tecnicistas de una comisión evaluadora. De esta oleada de jóvenes instrumentistas formados por este maestro, sobresalen algunos nombres de músicos profesionales que han recorrido diferentes escenarios de Cuba y el mundo. Ejemplos de ello son Arnelio Carbonell y Roberto Oliva, percusionistas, Pipo Castro, saxofonista, Toni Moranti, trompetista, Mario Alexis Villanueva, bajista y Antonio Dorta ( hijo), clarinetista. Me siento realizado porque nunca me sentí capaz de poder hacer tanto , pero ver a todos estos jóvenes con tanta inteligencia , capacidad y poder de comprensión es gratificante y mi hijo…bueno, saberlo música de la Orquesta Sinfónica Nacional de Cuba es un orgullo sano, es un orgullo que casi no cabe en mi.

En 1990 decide retirarse de la música profesional activa y en 1994 se jubila del sector de la cultura, este paso no significó en lo mas mínimo un distanciamiento de la música o la creación, ya que continúa activo dentro del sistema cultural brindando asesoramiento, experiencias, vivencias, y lo más importante, sigue siendo el patrón a igualar o alcanzar por los nuevos que llegan al mundo del arte. Durante su amplia carrera artística, este hombre meditador, analítico y pausado puso su vasta experiencia, vivencias, y lo más importante, sigue siendo el patrón a igualar o alcanzar por los nuevos que llegan al mundo del arte. Durante su amplia carrera artística, este hombre meditador, analítico y pausado puso su vasta experiencia y conocimiento en función de ser jurado en varios conclaves artísticos, como fueron los festivales de aficionados que se desarrollaron durante toda la década de 1970 y principios de los 80, es fundador de los equipos evaluadores de las Ferias Nacionales de Arte Popular y también se ha destacado por ser un ferviente defensor de las raíces más auténticas de la cultura nacional, la cocina tradicional campesina, los medios de producción y el amor en términos genéricos por el campesinado cubano, todo esto le ha caracterizado y merecido el respeto de todos. Para mí el arte es una de las razones de vivir, porque sin el arte la vida sería vana.

La trayectoria artística de Antonio Dorta ha sido reconocida en varias ocasiones, por constituir un ente vivo dentro de su comunidad, dad su sistematicidad, constancia, entrega, dedicación y por hacer germinar la sensibilidad musical en más de una generación de taguasquenses, todo esto le hace ostentar las medallas 28 de septiembre, que entregan los CDR, 25 años en el movimiento de artistas aficionados y la Raúl Gómez García que otorgan el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Cultura, posee, además, el Premio Municipal de la Cultura Comunitaria y la Condición de Símbolo de la Cultura e el Municipio de Taguasco.
En la vida de este maestro, la familia ha sido un eslabón primordial para poder desarrollar su pasión por la música, en ella ha cultivado la sensibilidad por esta manifestación, logrando excelentes resultados y a la vez le ha servido como refugio y hogar donde encuentra la paz espiritual que necesita como creador para entregarse por entero en esta no menos difícil labor que es hacer y combinar sonidos repletos de armonía.

A Villo, como casi todos le conocen, es fácil encontrarlo torciendo un buen puro en cualquier horario del día o sencillamente conversando como buen cubano de los más variados temas, eso sí, siempre interesantes y al finalizar, se lleva su interlocutor una grata experiencia y un sabio consejo. Por su humildad, modestia profunda psicología humana los más jóvenes siempre encuentran en este artista una fuente de consultas y motivaciones.

Este hombre de excelentes cualidades humanas y artísticas degusta, deliciosamente el presente, con la seguridad de un buen catador que ve multiplicarse por días, la fuerza y el amor que sienten los nuevos profesionales del arte. Se siente realizado pero nunca satisfecho, espero, nuevamente, poder escuchar algún día el sonido de una banda de conciertos 100% con músicos Taguasquenses , ese sería mi mayor sueño a realizar.

Muchas gracias Villo por existir, por su entrega, enseñanzas, moralejas y sobre todas las cosas por educar. Los mejores votos para que este deseo suyo no sea una quimera y que la vida permita a todos, los que habitan el cuatricentenario Taguasco , poder disfrutar de los armoniosos arpegios, el placer que se siente cuando los sueños se convierten en sonidos.

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