domingo, 12 de abril de 2009

LORENZO DORTA - MAESTRO, POLÍTICO, ALCALDE, ETC...

Lorenzo Dorta, toda una vida


Ha sido consejero del Cabildo de Tenerife en dos etapas: desde 1974 a 1987 y desde 1991 hasta la actualidad. Con casi 30 años de actividad en la institución, este político infatigable espera que se abra un nuevo mandato con la misma ilusión que el primer día, a pesar del tiempo, del cambio y los años.

S.LOJENDIO, S/C de Tenerife

"Nunca me había planteado ser político", asegura Lorenzo Dorta, pero una vez metido de lleno en la faena de regidor municipal, al joven alcalde del Norte le latía el objetivo de llegar hasta el Cabildo de Tenerife. "Era la manera de conseguir dinero para Garachico".

Y lo hizo, rompiendo además con un esquema tradicional, según el cual una cuota de representación en la Corporación insular le correspondía al partido judicial de Icod de Los Vinos. "Pero yo decidí presentar mi candidatura, me votaron 29 de los 31 alcaldes y fui nombrado consejero".

Corría el año 74 y los doce integrantes de aquel Cabildo predemocrático se reunían en una pequeña sala, contigua al actual despacho de Ricardo Melchior, bajo la presidencia de su titular, Rafael Clavijo. Casi 30 años después, Lorenzo Dorta afirma que en la historia del Cabildo tinerfeño nunca ha habido un consejero tan longevo como él.

También se le viene a la mente cuando tomó posesión José Miguel Galván Bello y lo cesó el gobernador Elorriaga. "¡Las señoras de postín de Santa Cruz tiraban piedras y pegaban gritos a las puertas del Cabildo!"

Hasta el año 77, los consejeros eran independientes. "No pertenecíamos a ningún partido porque estaban prohibidos, claro, y fue entonces cuando comenzó a gestarse la Unión de Centro Democrático (UCD)".

Simpatizante con el ideario de la socialdemocracia, y de base cristiana, Lorenzo Dorta participaba de la incipiente apertura política en las reuniones que se celebraban en el restaurante Rancho Grande. "La mayoría de los alcaldes entramos a formar parte de la UCD y fui de número 3 con José Miguel Galván Bello a las primeras elecciones democráticas al Cabildo, en 1979".

De aquella época, recuerda la negociación de los convenios colectivos, las huelgas y los líos, como el del encierro en el Cabildo de un grupo que reivindicaba Montaña del Aire.

La caída de UCD

Posteriormente, cuando el proyecto de UCD se desvaneció, "quedamos quince alcaldes huérfanos y decidimos permanecer como independientes. Ahí surgió la idea de crear la Agrupación Tinerfeña de Independientes (ATI), que coincidió con unas elecciones en las que se creó una coalición de demócrata-cristianos, liberales y fui de independiente al Cabildo, como número 2, en la plancha liderada por Arturo Escuder, pero jamás me afilié a Alianza Popular".

En las elecciones de 1987, Lorenzo Dorta ya estaba integrado en ATI, formación a la que continúa ligado, a pesar de los intentos de Adolfo Suárez por enrolarlo en las filas del Centro Democrático y Social (CDS).

Con esa perspectiva histórica que da el tiempo, admite que el Cabildo no es ya la institución que él conoció hace treinta años. "Es un gobierno, con todas las consecuencias, y entre ellas está el hecho de la despersonalización", un defecto casi inevitable por el volumen de trabajadores.

Con todo, Lorenzo Dorta se deshace en elogios hacia el funcionamiento de la Corporación insular, así como al asesoramiento y apoyo que siempre ha prestado a las Islas menores, de las que es, sin duda, su "hermano mayor".

Sin embargo, sí censura que los ayuntamientos de la Isla se hayan acomodado a que sea el Cabildo quien intervenga y actúe, invirtiendo en dotaciones e infraestructuras, mientras las administraciones municipales hacen en algunos casos dejación de sus responsabilidades.

"El Cabildo ha avanzado mucho y es una institución que realiza una labor importantísima, con una gran capacidad de trabajo", explica Lorenzo Dorta. "Nuestras consejerías tienen, incluso, más competencias que algunas del Gobierno de Canarias". Y ahora, de cara al mandato que se abre, los ojos le chispean de ilusión.

"Pero lo más importante es que, al cabo de los años de haber desempeñado cargos políticos de responsabilidad, tus hijos reconozcan que has sido una persona honesta y honrada. Las condecoraciones y todo lo demás, al lado de eso, no valen nada".


EVOLUCIÓN

Desde Garachico hasta el Cabildo

Lorenzo Dorta García nació en Buenavista del Norte el 7 de abril de 1939. Está casado y tiene cuatro hijos. Diplomado en Magisterio por la Universidad de La Laguna fue alcalde de Garachico durante 18 años, desde 1969 a 1987, lo que le valió ser condecorado por el Gobierno con la Cruz de la Orden del Mérito Militar, la Cruz al Mérito Civil, Caballero de la Orden de Cisneros al mérito político y Alfonso X El Sabio al mérito cultural. Ha sido consejero del Cabildo en dos etapas: desde 1974 a 1987 y desde 1991 hasta la actualidad, veinticinco años en los que ha estado vinculado al área de Medio Ambiente y Urbanismo; la Presidencia del consejo de administración del órgano de gestión de los Establecimientos Benéfico- Docentes y del Hospital Psiquiátrico de la Mancomunidad de Cabildos, así como a la Vicepresidencia del Patronato Insular de Turismo y durante el anterior mandato en la Corporación insular, como responsable del área de Carreteras, Vivienda y Transporte. En el periodo de 1987 a 1989 fue director general en la Consejería de Educación, Cultura y Deportes, y de 1989 a 1991 desempeñó el cargo de viceconsejero de Administración Territorial en la Consejería de la Presidencia.

Aquel muchacho inquieto de 30 años, maestro y propulsor de múltiples actividades deportivas y culturales, fue requerido por el Gobernador Civil en 1969 y nombrado alcalde a dedo. "El cargo es obligatorio y gratuito", le dijo Mariano Nicolás. Entonces había problemas en el pueblo entre distintos grupos que rivalizaban por ocupar el sillón y Lorenzo Dorta, un jovencito sin experiencia política, se ocupó de pacificar el ambiente y, tras ocho años bajo el régimen franquista, fue preparando el tránsito hacia la democracia. Las primeras elecciones libres refrendaron su condición de alcalde, logrando 11 de los 13 concejales del consistorio, frente a los dos de una candidatura independiente de inspiración socialista. Cuatro años después, ya bajo las siglas del PSOE, eran Juan Carlos Alemán y José Luis Martín quienes se presentaban en Garachico.

Camaradería en la Corporación

De aquel primer Cabildo democrático elegido en las urnas en 1979, Lorenzo Dorta destaca la camaradería que existía entre los consejeros. En aquella Corporación, con mayoría absoluta de UCD y bajo la presidencia de José Miguel Galván Bello, convivieron en armonía el PSOE, Alianza Popular (AP) y Unión del Pueblo Canario (UPC). "Las buenas relaciones se mantienen hoy en día, hasta el punto de que nos seguimos reuniendo una vez al año a comer todos juntos" y subraya, además, la exquisitez y el desprendimiento en el reparto de áreas y comisiones, una actitud reconocida por todos los grupos políticos. Eso sí, Lorenzo Dorta insiste en desterrar el sambenito de franquista. "Nunca me han visto un signo de fascismo". La imagen se corresponde con el momento de la toma de posesión de los consejeros en mayo de 1983 y Lorenzo Dorta jurando su cargo ante el presidente socialista, José Segura.


OTRAS COLABORACIONES:

1.- Siempre que ha habido en estos últimos tiempos un problema de carreteras, una piedra de gran tamaño que ha caído de un risco, el terreno que ha cedido en una vía determinada o un puente que no cumplía la seguridad necesaria, allí nos encontrábamos a Lorenzo Dorta. Para mí, a pesar de que no he tenido con él gran contacto, ha sido siempre el ejemplo de político diligente, cumplidor, con gran experiencia, y, por lo tanto, sabiendo lo que había que hacer en cada momento. Creo que sacrificaba mucho su vida particular para cumplir la misión que le habían señalado, y es además un enamorado de su Isla. Por eso, cuando he leído que dirá adiós a la política en fecha muy próxima, lo he sentido de verdad. Porque hombres así son los que nos hacen falta para dar impulso a una tierra que cada vez se ve desfallecer más.

Otra cosa que he admirado mucho en Lorenzo Dorta es que ha sabido ser "un hombre de su tiempo", del que le ha tocado vivir, y del cual no renuncia ni trata de borrarlo. Es fiel a su propia conciencia y no ha tratado nunca de escapar de los fantasmas del ayer, sin duda porque no tiene motivos para ello, ya que se ha limitado en todo momento a emplear el sentido común.

Nombrado a dedo por el entonces gobernador civil de la provincia, alcalde de Garachico en 1969, fue el regidor municipal más joven de España. Pero más tarde, en la democracia, el pueblo le confirmó en el cargo, realizando una gran labor, tanto en la citada villa como en toda la Isla Baja. Y desde entonces no ha cesado. Después de 38 años, pienso que el querido amigo tiene derecho a un descanso.

2.- DORTA DEJA LA POLÍTICA:

"Tengo una hermosa biblioteca que necesita de mis cuidados. Ahí está todo lo que he hecho, un montón de fotos, libros... Tendré tiempo para organizar todo. Además, hay que arrancar zarzas en el terrenito. No puedo decir que vaya a escribir mis memorias porque no tengo categoría para eso, pero sí recordaré las cosas simpáticas de mi vida y las ordenaré", explicó Lorenzo Dorta para vaticinar qué va a hacer tras cumplir 38 años en la vida pública y política de la Isla desde que en 1969 fue elegido "por obligación y sin derecho a cobro por servicio prestado" alcalde de la Villa de Garachico.

Así es, el que fuera en su momento el alcalde más joven de España se retira de la política el próximo 27 de mayo, tras cumplir tantos años en un mundo rechazado por muchos, pero que con personalidades como la de él hacen todavía tener confianza en la clase política de la Isla.

Se define como "garachiquense" y también como tinerfeño. Son sus señas de identidad, a ésas que se le suman su tremenda personalidad, su capacidad de trabajo, su amor por la familia y su integridad como político que le han valido el respeto de sus "contrincantes" políticos que en más de una ocasión han reconocido públicamente su labor. "Ahora toca de disfrutar de otras cosas. Mi familia, mi mujer, mis hijos y mis nietos".

Nacido en abril de 1939, Lorenzo Dorta cuenta con un larguísimo currículum. Ha sido alcalde de Garachico durante 18 años, 30 años consejero del Cabildo, fue el consejero más joven y en estos momentos el de más edad del panorama político canario, viceconsejero y consejero del Gobierno de Canarias, director general de Educación. Ha sido vínculo e intermediario cultural con América Latina y uno de los mayores defensores e impulsores de la Isla Baja con su plan de desarrollo que está viendo sus frutos y que sorprenderá en un futuro.

Si hablamos de condecoraciones, las ha recibido de todos los colores y de todas las categorías, tantas, "que las tengo guardadas algunas de ellas en la mesilla de noche. Me han distinguido con la Orden del Libertador y Francisco Miranda, máximas distinciones de Venezuela, con la Cruz de la Orden del Mérito Militar, la Cruz al Mérito Civil, Caballero de la Orden Cisneros al mérito político y Alfonso X El Sabio, al mérito cultural. Ésas son algunas, pero con lo que realmente me conformo, tal y como están las cosas hoy en día, es que se me recuerde como una personas honesta y que nunca se me vincule con la moda de creer que todos los políticos son corruptos".

Dorta reconoce que en estos 38 años que lleva vinculado a la política, las reglas del juego han cambiado sustancialmente: "Creo que la política está mucho más crispada. No sé si es provocado o no, pero lo cierto es que antes se hablaba más de política. Ahí están los ejemplos de etapas como las de Adolfo Suárez o Felipe González. Hoy en día la política se ha judicializado. Existe un tremendo malestar con la clase política. O eres un corrupto o eres esto otro".

"Me estoy salvando de pura chiripa porque una tonga como ésa de papeles para firmar. De repente, sin comértelo o sin bebértelo te encuentras con un follón montado o en una situación difícil. Entonces, "¿eres un corrupto? ¿incurres en una prevaricación...? No, debido a la burocracia que hay y a la gran cantidad de papeles que existen te pueden ocurrir situaciones poco deseadas", asegura el consejero.

Se reconoce amigo de Adolfo Suárez, el que fuera presidente del Gobierno en la transición y en los primeros años de la Democracia, una amistad que ha cultivado con el paso de los años a pesar de la enfermedad del ex dirigente. Tal es la misma, que tras dimitir, Suárez eligió Garachico para descansar durante tres días y olvidarse "del mundanal ruido". Su amistad con él y con el pueblo de Garachico es una de las más recordadas, ya que con la presencia de Adolfo Suárez se impulsaron las infraestructuras y proyectos sociales de una comarca, la de la Isla Baja, muy necesitadas de ellas.

"Es impresionante recordar, por ejemplo, el proyecto del puerto de Garachico que ya estaba aprobado por el Gobierno de Suárez y que se cargó el de Felipe González en 1982. Eso provocó una manifestación silenciosa desde Garachico hasta Santa Cruz, que acabó en la plaza de España con un manifiesto. Fue extraordinario porque se vio el apoyo de toda una Isla. Al paso del grupo, los vecinos nos daban de comer y de beber. Fue extraordinario el apoyo de la Isla Baja y de toda Tenerife, en general", recordó Dorta.

Con 38 años en política activa a sus espaldas, Lorenzo Dorta recuerda sus primeras impresiones en torno su nombramiento como alcalde de la Villa. "Fue curioso. Había cuatro candidatos y todos querían ser alcalde. El gobernador civil, Elorriaga, decidió que ninguno de ellos fuera y me eligió a mí. Fue una forma un tanto romántica de ser alcalde. Obligó a todo el mundo a pasar por el aro y de esa manera fui elegido".

En esos años, 18 al final al frente del cargo entre la dictadura y la democracia, vivió infinidad de momentos felices y dramáticos y todos ellos sin contar con medios para afrontarlos. De los segundos hay muchas situaciones en concreto, "cuando se producían incendios o fallecimientos. Uno tenía que hacer de policía, de bombero... La gente sabía que siempre colaboraba".

"Hoy en día me siento el mismo, con el mismo interés por las cosas. Sigo entrando a las 08:00 horas y saliendo a las 21:00 horas. Firmo esto, lo otro, discuto y abordo los temas y le dejo horas al trabajo y siempre con el mismo ritmo. Ahora llega la hora de decir adiós, pero no porque no pueda, sino porque ya son muchos años", aclaró. "Cuando llegas a estas alturas, ya es hora de retirarse", explicó este tinerfeño y garachiquense, como quieren que lo recuerden, con mayúsculas.

Las vinculaciones del pasado

Lorenzo Dorta asegura que nadie le vincula con el Régimen de Francisco Franco. "La verdad es que estoy orgulloso de que todo el mundo me respete. A mí nadie me ha mezclado con la dictadura, y en cambio fui nombrado alcalde de Garachico en 1969. Fui nombrado a dedo por el Gobernador Civil en nombre de Franco". A pesar de las circunstancias, "nunca critico al Régimen anterior porque a mí no me fue mal. Todos me ayudaron y no hicieron barbaridades. Esas se hicieron recién terminada la Guerra Civil". Recordó que "mi padre era un hombre de derecho. Esto era una persona recta, honrada y respetada, al igual que mi madre. Fue concejal y teniente-alcalde, pero nunca se puso una camisa azul. Cuando veo eso de la memoria histórica, me parece una vergüenza. En la Transición se dijo que no se mirara atrás y no se está cumpliendo".